Hace muchos, muchos años…
aproveché las rebajas de invierno para comprarme un abrigo.
Después de pasar por varias tiendas, pasé por una pequeña tienda y en el escaparate me encontré
¡de repente!
¡¡con el abrigo de mis sueños!!
Era un abrigo precioso con una capucha amplia.
Me quedé delante del escaparate anonanada y con la boca abierta.
Por supuesto, entré en la tienda, me probé el abrigo
y…¡me quedaba genial, yuhuuuuu!
¿Y me lo compré en ese momento?
NO
¿Por qué?
Pues porque quería pensármelo con tranquilidad durante unas horas para evitar que fuera un chute de mi mente.
ya que el abrigo era caro (incluso en rebajas) y no devolvían el dinero si lo querías devolver (eran otros tiempos).
Recuerdo que eran más o menos las 13,30 hs cuando salí de la pequeña tienda, que era cuando cerraban hasta la tarde.
Llegué a casa, comí y me di cuenta de que realmente quería ese abrigo.
Así que pensé:
“Vale, voy en cuanto abran y lo compro”.
Pensé que que la tiendita abriría a las 16 hs o 16,30 hs.
Me parecía raro que abriesen a las 16 hs, así que decidí ir a las 16,30 hs.
Y a las 16,30 hs ahí estaba yo, puntual como un reloj, delante de la tiendita, que ya estaba abierta.
Antes de entrar, miré al escaparate para ver el abrigo tan maravilloso que me sentaba tan bien y que me iba a comprar y…
¡OH…!
No lo ví…
Me dio una punzada en el estómago que no veas…
Justo cuando iba a entrar, me crucé con 2 mujeres que salían en ese momento de la tiendita.
Y cuando entré en la tiendita y le dije que quería comprar el abrigo, me dijo:
“Lo siento… Lo acaban de comprar las mujeres que acaban de salir”.
Resulta que abrían a las 16 hs en vez de a las 16,30 hs.
Resulta que por solo unos minutos lo habían comprado antes que yo.
¡Y resulta que me había quedado sin mi maravilloso abrigo!
¿CÓMO ERA POSIBLE
QUE ME ESTUVIERA PASANDO
ESO A MÍ??
Me sentó tan tan tan tan tan tan mal que estuve sufriendo varios días por la mala suerte que había tenido con el dicho abrigo.
Hasta que de repente, en un momento de lucidez mental, me dije:
“pero bueno… vamos a ver…
¿Por un trozo de tela estoy sufriendo lo que estoy sufriendo?
¡Por favor! ¡Se acabó la tontería!
Me juro a mí misma que nunca más voy a sufrir por algo así”.
La verdad es que volví a sufrir por cosas de ese tipo, es decir, que no eran una cuestión de vida o muerte, unas cuantas veces más…
porque, como muy bien dice el refrán:
del dicho al hecho hay un gran trecho.
Pero la consciencia que tuve de que no quería volver a caer en ese tipo de sufrimientos estúpidos,
hizo que aprendiera unos cuantos secretos
y trucos para estar mucho mejor en la vida.
Si estás depre por no tener la ropa, la casa, la pareja de tus sueños, la familia que deseas, el trabajo que quieres,…
y quieres solucionar
la insatisfacción y el sufrimiento
que tienes dentro.
Si quieres estar bien en todas las áreas de tu vida,
y sentirte tan bien como yo me sentí cuando lo aprendí
y como se siente la gente que ya sabe lo que hay que saber para estar mucho mejor en tu vida,
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Muy Buen Día,
Anam.