Yo también creía que la gente que logra vivir la vida que quiere, era por una cuestión de suerte, como es el caso de lo que se considera gente de éxito: cantantes, actrices, empresarios,…
Como me habían enseñado que tenía que trabajar y esforzarme para tener una buena vida, pues eso mismo es lo que hacía yo.
Y con bastantes buenos resultados, la verdad, porque llegué a un momento en mi vida en que:
Estaba casada con mi gran amor y teníamos una preciosa niña de 3 años.
Mi marido tenía un trabajo fijo como profesor de universidad y yo tenía mi propia empresa.
Teníamos 1 piso en el centro de la ciudad y 1 piso para los fines de semana y vacaciones.
Vamos, que económicamente nos iba bien.
Y para la gente éramos la pareja perfecta con una vida perfecta.
Pero llegó un punto en que algo cambió dentro de mí, pero no sabía lo que me pasaba realmente.
Eso hizo que tuviera una crisis tan grande a nivel interno que invadió toda mi vida: a nivel físico, emocional, crisis de pareja, crisis económica,…
Tenía estrés, ansiedad y depresión.
¡Halaaa, un 3×1!
Y no sabía cómo quitar el estrés
ni cómo eliminar la ansiedad
ni cómo salir de la depresión
Y me pasó lo del efecto dominó, que es cuando las fichas de dominó están levantadas en vertical y puestas una detrás de la otra, de tal manera que, cuando tiras la 1ª, ésta tira a la 2ª… la 2ª ficha a la 3ª… y así sucesivamente… se van cayendo todas.
Pues lo mismo me pasó a mí hasta que todo mi mundo se derrumbó.
A nivel profesional, ya no me motivaba para nada la escuela de Arte y Diseño que yo había creado y desarrollado con tanto esfuerzo durante 16 años.
Pero tenía que continuar con mi escuela porque tenía varios créditos que pagar.
Y como ya no me motivaba, hacía lo mínimo. Y eso hizo que hubiese menos alumnas/os. Y… al final… solo me daba para pagar a la gente que trabajaba conmigo en esa escuela y ya no podía pagar ni las deudas que tenía.
Osea, un desastre…
En la “pareja perfecta” que éramos mi marido yo, tuvimos una crisis muy grande que, finalmente, terminó en un divorcio muy doloroso para los dos, después de haber estado juntos 20 años.
Y por si esto fuera poco (que te juro que para mí no lo era), la adicción que yo tenía a la comida estaba haciendo estragos en mi cuerpo y en mi energía vital.
Pesaba 15 kilos de más, estaba sin energía y, para rematarlo, tuve un lumbago que me dejó postrada en la cama durante más de 2 semanas.
Mi mundo se estaba derrumbando a pedazos y yo, totalmente horrorizada, no sabía cómo pararlo.
¡Qué mala suerte tenía, por dios!
¿Por qué me estaba pasando todo eso, si yo no quería?
Mientras me hundía en la mierda, de repente, una voz dentro de mí dijo:
“Es demasiada mala suerte para ser solo mala suerte”
Esa especie de “revelación” me dejó de piedra…
Y entonces pensé:
A ver… si no era solo mala suerte, entonces tenía que ser algo diferente.
Pero entonces…
¿qué era lo que me estaba pasando realmente, por favor?
Y entonces, me vino una urgencia tal por averiguarlo, que me puse a investigar, a leer libros, ir a talleres, cursos, formaciones,… Todo ello relacionado con el mundo del desarrollo personal.
No te voy a decir que fue fácil, porque no lo fue, pero al final entendí el porqué de esta crisis tan profunda y por qué me había pasado lo que me había pasado.
¿Y qué es lo que me había pasado?,..