Hace un tiempo, me contó una consultante que ella estaba desesperada y nadie lo sabía… excepto yo, claro.
Llevaba esa desesperación en el más estricto silencio.
¿Y por qué no se lo contaba a nadie más?
PORQUE LE DABA MIEDO DE LO QUE PENSARÍAN LOS DEMÁS…
PORQUE CREÍA QUE SI LO CONTABA, SU MUNDO SE DESMORONARÍA…
PORQUE PENSABA QUE SI LOS DEMÁS LO SUPIERAN, NO LA QUERRÍAN…
¿Y qué era eso que ella creía que era tan horrible y que era un secreto inconfesable?
Pues nada más y nada menos que:
NO LE GUSTABA SU VIDA
Así de claro.
Bueno… eso de claro…
Lo de la claridad le fue viniendo con el transcurrir de sus Sesiones Individuales conmigo en la Terapia de Vida Integral.
Y cuando aprendió a ser sincera consigo misma, se atrevió a contármelo…
El caso es que su vida era aparentemente “estable”.
Tenía un trabajo estable,
pareja estable,
amistades estables
familia estable
ropa estable,
dentista estable
casa estable,
forma de ser estable,
vacaciones estables,
supermercado estable,
tonterías estables,
…
Todo demasiado “estable”…
Pero esa era la apariencia, claro…
Porque lo que en verdad le estaba pasando era que estaba en una crisis de esas que, como no las sepas gestionar, hace saltar toda tu vida por los aires…
¿Y cómo era posible que no se hubiera dado cuenta del mogollón que le estaba pasando por dentro?
Bueno, eso de no darse cuenta…
El caso es que ella notaba como una especie de “rún-rún” por dentro, como un desasosiego,
como una especie de nudo que se le ponía en el estómago y en el centro del pecho,
y aunque hacía todo lo posible por estar “estable”,
lo que se cocía por dentro parecía que iba a estallar de un momento a otro, como una olla a presión.
Porque ella hacía todo lo posible por aguantar la tapa a presión para que no saliera todo saltando por los aires,…
Pero como ya sabes, sucede justo al contrario:
que si no sueltas la presión…
Y yo le dije…
quizás no tienes por que estar aguantando todo eso que te pasa por dentro,
quizás es mejor ir soltando la presión paso a paso, para que no te estalle en la cara,
quizás es mejor eso que hacer el paripé de parecer que estás “estable”.
A ella le pareció bastante razonable lo que le decía,
aunque tenía un miedo de esos de echar a correr y no parar ni para mirar atrás.
Y me dijo
LA BENDITA PREGUNTA:
¿¿¿¿ Y CÓMO LO HAGO ????
Y ahí es donde le dije qué hacer para salir de esa silenciosa desesperación en la que estaba desde hace años
y que tenía toda la pinta de (si seguía así) pasar de “silenciosa” a hacer mucho ruido y estallar por todos los lados,
como una olla a presión saltando de la pared al techo y del techo a la otra pared… arrasando todo a su paso.
Fue haciendo las prácticas que le propuse:
algunas veces más rápido,
otras veces más lenta,
a veces se iba para atrás,
a veces se salía del camino,…
Yo la guiaba con Santa Paciencia.
Siguió adelante
y consiguió cambiar esa vida que no le gustaba
por otra vida que a ella le gustaba más.
Así que si quieres que estar mucho mejor
y de paso, logras lo que deseas de verdad en esta vida
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Anam.
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