Hace unos 25 años descubrí diferentes técnicas de conexión cuerpo y mente en circunstancias un poco “especiales”.
Fue una época en la que estaba tan perdida que, para que te hagas una idea, a veces no sabía ni en qué día vivía del caos que tenía.
Fueron muchos años de búsqueda (que me parecían interminables) con el objetivo de aliviar, aunque suene a tópico, el vacío que sentía.
Porque esa era la experiencia real que yo sentía: vacía, vacía, vacía…
Y como estaba tan desesperada, empecé a probar diferentes técnicas y sistemas como Chi Kung, Tai Chi, Yi Chuan, Yoga, Pilates, sistemas de reeducación postural,…
Todavía me acuerdo de que antes de probar y experimentar todo lo anterior, estaba muy nerviosa, muy ansiosa y con temor de lo que pudiera encontrarme en esas clases.
¡Qué pajas mentales se hacía mi ego, por favor!
Pero bueno, afortunadamente, seguí probando.
Y resulta que fue todo un abanico de sorpresas para mí.
Lo primero que me impactó fue que mi mente se empezó a quedar callada, cuando antes no paraba de pensar y pensar y hablar y hablar en mi mente, con todo el parloteo y cháchara mental.
¡Wow, eso ya me pareció increíble!
¿Y por qué te cuento esto?
Pues porque ya había intentado antes varias veces que se callara esa mente, a través de diferentes técnicas de meditación.
Esa mente que Teresa de Ávila la definió tan bien como: “la loca de la casa”.
O como dice el budismo zen: “el mono loco”.
Y oye, no había manera humana de que la “loca” se callara, aunque fuese un poco… hasta que empecé a practicar todas estas técnicas.
Lo segundo que me sorprendió muy gratamente fue que me resultaba de lo más fácil hacer los movimientos de todas estas técnicas de conexión corporal.
Y no solo eso, sino que… ¡También me lo pasaba bien!
Y no como cuando hacía deporte, que me costaba, me cansaba, me aburría… Vamos, que no acababa de cogerle el punto, la verdad…
Cuando la gente cercana a mí se enteró de que practicaba Gimnasia para el Alma (es la integración de la esencia de todos esos sistemas de conexión cuerpo mente y espíritu), empezaron a decirme que por qué hacía esas cosas raras y por qué no hacía cosas más normales.
En fin…
Pero lo importante es que yo me sentía tan bien que continué practicando, a pesar de las críticas de los demás.
Y entonces surgió un gran sueño dentro de mí:
Enseñar este hermoso Arte de la Gimnasia para el Alma, transmitiendo a los demás todo lo bueno que tiene practicarlo para la vida cotidiana.
Para responder a esta pregunta, la única posibilidad es que pruebes y practiques
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Para nada.
La Gimnasia para el Alma es diferente a cualquier deporte o ejercicio a los que solemos estar acostumbrados, porque lo que se mueve es la energía. Y para eso, no hace falta hacer mucha fuerza muscular.
Además, a medida que vayas practicando verás como tu forma física mejora sin esfuerzo. Si no te lo crees, prueba un mes y me cuentas.
Precisamente, te va a venir super bien.
La Gimnasia para el Alma actúa de una forma distinta a cualquier otro ejercicio, porque no actúa directamente con los músculos, sino con la energía.
Al final, cuando tienes una lesión en alguna parte de tu cuerpo, lo que significa es que la energía está estancada. Por lo tanto, GIMNASIA PARA EL ALMA te ayuda a movilizar esa energía y a que tengas una recuperación más rápida o menos dolorosa.
Mira, al principio puede parecer que al ser online tiene desventajas.
Pero piensa en todo el tiempo y dinero que ahorras al no tener que desplazarte a ningún sitio. En mi experiencia, esto consigue que la gente vaya más a clase porque pueden conciliarlo mejor con su vida. Y al final, lo más importante en cualquier tipo de práctica es la constancia.
Además, al estar en la intimidad de tu casa, no hay vergüenzas ni juicios, por lo que te sentirás más relajada y centrada en la práctica.
Precisamente la GIMNASIA PARA EL ALMA está diseñada por la Escuela de Vida integral, que ha escogido los movimientos más sencillos y efectivos de distintas técnicas de conexión corporal actuales y de hace milenios.
Son movimientos super versátiles que podrás hacer en cualquier situación. Y muchos de ellos, también los puedes hacer sentada.
Además, todos los movimientos se adaptan a ti, y no al revés, como en la mayoría de los deportes y ejercicios que existen.
Pues mira, es sencillo. Solo tienes que seguir los pasos cuando le des al botón para suscribirte a Gimnasia para el Alma.
En el caso de que no puedas suscribirte, ponte en contacto con la Escuela pinchando en este link:
https://escueladevidaintegral.org/contacto/
o llamando a este nº de teléfono: (+34) 647 081 079
y una Compañera del Equipo se pondrá en contacto contigo para guiarte paso a paso en cómo realizar el pago.
Una vez que hayas hecho el primer pago, el mismo día de cada mes se hará el cobro automáticamente.
Gracias a los avances de la tecnología, ahora es más fácil que nunca.
Para que te hagas una idea, mi suegra ve estas mismas clases desde su móvil.
Con esto te quiero decir, que la Escuela está diseñada de forma que sea muy sencillo acceder a los vídeos.
Y si sigues sin poder verlos, el Equipo de la Escuela siempre está dispuesto a ayudarte.
Precisamente, esta es una de las ventajas de hacer GIMNASIA PARA EL ALMA online.
Después de cada clase tendrás disponible la grabación aproximadamente durante una semana, para que puedas realizarla cuando mejor te venga si no has estado en la clase y también puedes repasarlo todas las veces que quieras.
Por supuesto.
En la clase online en directo, siempre hay un espacio para compartir la experiencia de la clase, dudas, preguntas, …
También tenemos un grupo de WhatsApp donde compartir todo lo que consideres que está relacionado con esta práctica de GIMNASIA PARA EL ALMA.
Te podría hablar de los muchísimos beneficios que vas a lograr desde la primera clase, pero eso es algo que solo sabrás si te animas y pruebas a practicar GIMNASIA PARA EL ALMA.
Y probar es muy fácil, porque puedes apuntarte un mes y ver si Gimnasia para el Alma encaja contigo.
Porque de nada sirve que yo te lo diga, si tú no lo pruebas.
Dicho esto, ¿cuánto pagarías por estar bien físicamente, sin apenas esfuerzo y dedicando una hora a la semana?
Pues eso es algo que decides tú.
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